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domingo, septiembre 23, 2007

Los olvidados aún soñamos (Por ScOrPiOn)



Tristemente sabio, forjado por fuertes golpes del martillo del amor sobre el yunque de la
vida, ya casi se me hacia tarde para saborear la felicidad. No fue hasta ese día, que apareciste tú. Eras la prueba viva y fresca de que aún quedaba un poco de esas cosas buenas que anhelamos en la vida. Tu sonrisa enamorada con un tanto de ingenuidad y de ternura. Tus palabras suaves y sencillas, llenas de humildad, esos hoyitos adornando cada gesto de tu boca que al final desbordaban tu sonrisa de una sensualidad exquisita. Si que había profundidad en tus ideas, era un sueño hablar contigo de cualquier cosa. Eso y mucho más te hacía diferente y por momentos única. Parecía que por fin llegaba a mi vida lo que tanto había esperado. Quizás escriba todo esto hoy como constancia de que sucedió, de que existió alguien así, en una sociedad de consumo que se hunde en lo material, una sociedad que supone, puede comprar los más profundos sentimientos en una subasta, una sociedad que peca de superficial, echando por tierra los verdaderos valores del ser humano. A momentos, ya escasos, se levantan pequeños destellos de humildad, y la esperanza como "Fénix" vuelve a volar en el estrecho cielo de “los olvidados”. Quizás solo fue un sueño de esos que no sabes diferenciar de la realidad, en el que no sabes si estas despierto o dormido, de esos que nos ayudan a vivir y a seguir adelante. Quizás es algún tipo de premonición o profecía, dicen que los sueños nos hablan del pasado, del presente y del futuro, pero también muchos quedan en el “jamás”.

sábado, septiembre 08, 2007

Muñeca Triste (Por ScOrPiOn)



"La muñeca triste"

La muñeca negra, la muñeca triste, no llora , pero sufre su soledad.
Ha encontrado a alguien que en sus noches tristes le hace compañía, y comparte su amistad.

Alguien sin corazón, pero con esperanzas, alguien sin alma, pero de verdad. Alguien que no vive, pero que existe, que esta ahí cada momento, sin reprochar.

[Y así todas las noches, ella le dice:]

Anda muñeco mío, dime que me quieres, con una simple mirada puedes probar, rozar mis labios tiernos, besar mis cicatrices, y acariciar mi alma, toda una eternidad.

Y así pasan los años, contemplando la luna, pidiéndole al destino un noche más, porque en las noches oscuras, en las noches tristes, me complace tu presencia, me complace tu amistad.